Cocina moderna en madera natural con isla y encimera marmoleada

A fondo: pura calidez con MOTTA Cucine

Hay proyectos que enamoran a primera vista. Y luego están los que, además, resisten el paso del tiempo, ganando profundidad con cada detalle que se descubre. La cocina diseñada por MOTTA Cucine que vamos a enseñaros en detalle en este artículo pertenece, sin duda, a este segundo grupo.

Nuestro distribuidor francés ha sabido generar un espacio que irradia calidez, serenidad y equilibrio; que sabe jugar con los materiales, los volúmenes y la luz para crear algo más que un lugar para cocinar: un verdadero espacio para vivir.

Este proyecto combina el carácter acogedor de la madera natural con la sobriedad de los tonos neutros.

Madera que abraza

El roble del modelo Quebec aporta la base visual del proyecto. Sus frentes lisos y las líneas depuradas de su marco dan una visión unificada al conjunto.

La veta natural de la madera (cálida, orgánica) introduce textura y profundidad sin necesidad de ornamentos.

Gracias al tirador integrado en el frente de este modelo, conseguimos mantener la limpieza visual del diseño, dejando que sea el material quien hable por sí mismo.

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Combinando tonos neutros 

Por su parte, el modelo laminado en tono moca y acabado mate aporta la nota de calma y ligereza.

En este proyecto, MOTTA Cucine lo ha utilizado en los muebles altos para crear un puente sobre la zona de trabajo.

Gracias a la ausencia de tiradores en estos muebles (se abren por pulsación), su  acabado mate y su tacto sedoso, estos módulos se convierten en el contrapunto perfecto al roble. No buscan destacar, sino reforzar la sensación de equilibrio.

Es un gesto inteligente que rompe la linealidad y añade personalidad al conjunto.

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Una distribución pensada para el ritmo diario

En esta cocina se ha optado por una distribución en paralelo dentro de un espacio de conjunto abierto, ideal para optimizar el flujo de trabajo y favorecer la amplitud visual.

A un lado, y desplegado sobre una de las paredes de esta estancia, encontramos el lineal principal. Este alberga todo lo necesario para el almacenaje y la preparación de la comida: vitrocerámica, horno y microondas en columna, frigorífico, fregadero,  lavavajillas…

Todos los electrodomésticos integrables, incluyendo la campana extractora; están perfectamente incorporados en el mobiliario, lo que refuerza la idea de limpieza visual y evita interrupciones en la línea de diseño. Todo está pensado para que la cocina funcione sin perder su esencia estética.

Frente a esta, han instalado una isla central dedicada al almacenaje y en la que quedarán genial unos taburetes para usarla como zona de comedor informal.

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Encimera que acompaña

La encimera, en un tono claro y neutro, se fusiona perfectamente con el ambiente de la cocina. Destaca especialmente sobre la isla, en la que se ha instalado con las esquinas curvas para dar fluidez al diseño y minimizar el riesgo de pequeños accidentes.

El mismo material se ha utilizado como revestimiento de pared, con lo que se mantiene la cohesión estética sin recargar el espacio.

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El detalle dorado: elegancia sin estridencias

Uno de los elementos más sorprendentes —y más acertados— de esta cocina es la elección de una grifería dorada, que aporta un guiño de sofisticación y luminosidad. En un entorno de tonos cálidos y neutros, el dorado actúa como un pequeño destello, un acento elegante que eleva el conjunto sin romper su armonía.

Es un detalle sutil, pero muy eficaz: demuestra que el lujo no está reñido con la sobriedad, y que la elegancia puede aparecer en los gestos más contenidos.

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